El bienestar es un estado de buena salud radiante que emerge desde lo profundo del campo sutil de los individuos. Cambia la forma en que nos sentimos acerca de nosotros mismos y la forma en que se sienten los demás en relación con nosotros. Aunque la mayoría de la gente asocia el bienestar con la vitalidad física, es mucho más que eso. Es un estado energético que sostiene al individuo, sus relaciones y el trabajo que realiza, y es un estilo de vida que favorece la vida y está en equilibrio con la naturaleza. Las personas que experimentan bienestar están contentas y seguras de sí mismas y encuentran placer en las cosas sencillas de la vida. Se ganan el respeto y la admiración de sus conocidos porque irradian el brillo asociado con la salud y la felicidad. Este brillo es el indicio más evidente del bienestar.
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Cualquier conjunto de estrategias concebidas para promover el bienestar debe tener en cuenta la naturaleza compleja del ser humano. Debe fomentar el equilibrio y la armonía y también las actitudes y relaciones positivas. Esto significa que tu conjunto de estrategias debe incluir tanto lo que harás como lo que evitaras hacer.
Evita todo aquello que tenga un impacto negativo en tu salud y tu bienestar. Puede tratarse de cualquier cosa, desde la inseguridad y las relaciones negativas hasta sustancias químicas peligrosas. Te podría ser útil hacer una lista de los factores que crees que tienen una influencia negativa en tu vida y que contribuyen a la enfermedad. Después, deja de preocuparte por ellos: elige, en cambio, los que podrías cambiar sin tener que esforzarte mucho o en absoluto, y comprometerte a hacerlo de inmediato. A continuación, elige los factores que tienen una influencia negativa en tu vida pero que te costaría cambiar enseguida. Empieza a cambiarlos eliminando la energía distorsionada que los mantiene. Finalmente, en los que no puedes cambiar, encuentra una manera de cambiar tu relación con ello. Por ejemplo, si vas en coche al trabajo y siempre te encuentras atrapado en el tráfico, distráete aprendiendo un nuevo idioma. Evita que coincidan en tu vida los sucesos y las personas estresantes. Presta atención a tu cuerpo y reduce el ritmo cuando te dé señales de advertencia, como dolor de espalda o de cabeza.
¿Sabías que? el enojo no resuelto contribuye a la hipertensión, la inflamación, la soriasis, la sinusitis, los tumores, el cáncer, el síndrome premenstrual, neumonía, tiña, úlceras y más.
El enojo con frecuencia surge por un sentido de superioridad, miedo o juicio que se provoca cuando las personas sienten que las han dañado o que no han obtenido lo que querían. En lugar de aceptar la responsabilidad, culpan a otros de sus actos. El enojo da a las personas un falso sentido de poder, haciéndolas sentir que tienen una justificación para criticar, para ofender, odiar y tener resentimiento contra otros. Las personas enojadas se sienten con el derecho de pelear, de lastimar a alguien o de tratar mal a la gente. Por otra parte, el enojo también puede ser catalizador para el cambio y la transformación al encender tu pasión, tu emoción y entusiasmo. Si algo en tu vida no está funcionando y estás enojado, este enojo te ofrece una oportunidad para liberarte de tu padecimiento, como la depresión, la impotencia, el sentir abrumado, etc. Sin embargo, si se prolonga, el enojo drena tu energía y tu fuerza vital. El enojo de largo plazo puede dejar a una persona sintiéndose fatigada, frágil, infeliz y agotada. Si te asocias con alguno de estos síntomas, te invitamos a que los liberes y los descrees con una sesión de asistencia personalizada.
¿Sabías que? El resentimiento físicamente puede llevar a tumores, sífilis, osteoporosis, lupus, dolor de espalda y más.
El resentimiento es una herida profunda que, cuando se reprime y no se expresa, se convierte en enojo. Por lo regular se dirige hacia un miembro de la familia o alguien cercano, y con frecuencia se manifiesta cuando sientes que te han tratado injustamente o han abusado de ti.
Comúnmente, cuando las personas cargan resentimiento, se aferran a él por medio de sentimientos moralistas. Tienen una actitud de "Yo estoy bien, ellos están mal", y escogen aferrarse a este sentimiento, creyendo que les da el poder de lastimar a alguien más. En realidad, eso los lastima aún más a ellos, y produce intranquilidad e incomodidad en su cuerpo. El resentimiento de largo plazo puede hacer que se desarrollen una gran cantidad de emociones negativas, como amargura, dolor, miedo, enojo y venganza. Crea malos entendidos y desconfianza. Si no puedes confiar, entonces jamás podrás relajarte porque, consciente e inconscientemente, siempre estarás en guardia.Si te asocias con alguno de estos síntomas, te invitamos a que los liberes y los descrees con una sesión de asistencia personalizada.
¿Sabías que? La tristeza, el sufrimiento y la pérdida puede provocar sinusitis, neumonía, hombros congelados, problemas con el riñón, quistes en los ovarios, distrofia muscular, enfermedad de Parkinson, pérdida de la memoria, dolor de espalda baja, síndrome del túnel carpiano, síndrome del intestino irritable, hemorroides, problemas del corazón, anemia y muchas otras condiciones. Con frecuencia, las personas se entristecen cuando sienten que han perdido algo. Aunque el dolor constituye una parte importante de la curación, cuando se reprime puede provocar depresión, víctimización, lastima de uno mismo, desesperanza, culpa, infelicidad y enfermedad. Muchas personas experimentan tristeza por la pérdida de un ser querido, un trabajo, una oportunidad, su juventud o por un rompimiento marital. Irse a otro país y dejar a seres queridos puede, de forma similar, provocar sufrimiento a partir de sentimientos de no pertenencia, aislamiento y de pérdida de identidad. La tristeza y el sufrimiento deben reconocerse y expresarse para poder sanar. Si te asocias con alguno de estos síntomas, te invitamos a que los liberes y los descrees con una sesión de asistencia personalizada.
¿Sabías que? La frustración. Físicamente, puede contribuir a problemas con los ojos, los pies (incluyendo el pie de atleta), la vesícula biliar, el intestino grueso, los senos paranasales, problemas de la piel, nódulos, enfermedades celíacas y apnea del sueño. La frustración es una de las emociones más comunes. Posee un elemento de impaciencia, conflicto, sufrimiento e irritación. Con frecuencia, las personas se frustran cuando las cosas no fluyen a su manera, cuando sienten que una situación debería ser distinta a como es, o cuando tienen que esperar que algo ocurra. La frustración de largo plazo se convierte en agresión, irritación, inflamación y ataque. Si te encuentras con alguno de estos síntomas, te invitamos a que los liberes y los descrees con una sesión de asistencia personalizada.
¿Sabías que? A Nivel físico, el fracaso puede contribuir a la hipermetropía, piedras en la vesícula, crisis nerviosas, escoliosis, herpes labial, ataques del corazón, cáncer de próstata, dolor de espalda, problemas de presión arterial, comer compulsivamente, conjuntivitis, quistes, tumores fibrosos, hombros rígidos, enfermedad de Hodgkin, indigestión, piedras en los riñones, obesidad y enfermedad de Parkinson, entre otras. Muchas personas se evalúan a sí mismas y sus actividades como fracasos, utilizando esta etiqueta como una excusa para dejar de perseguir sus metas. O pueden utilizar el miedo al fracaso como pretexto, creyendo que su sueño es demasiado difícil o imposible de alcanzar. Cuando las personas sienten que han fracasado, experimentan desilusión y decepción, lo cual entonces les provoca depresión y desesperanza. El efecto positivo del fracaso es la oportunidad de descubrir una forma diferente de alcanzar lo que quieren. Si te encuentras con alguno de estos síntomas, te invitamos a que los liberes y los descrees con una sesión de asistencia personalizada.
¿Sabías que? El estrés es un factor que contribuye al padecimiento de muchos problemas físicos, incluyendo convulsiones, ataques del corazón, desordenes del sistema inmunológico, problemas con la mandíbula, perdida de la memoria, rechinido de dientes, morderse las uñas, angina de pecho, anorexia, calvicie, cándida y efisema, entre otros.
El estrés es uno de los problemas más grandes que enfrenta la sociedad occidental en estos tiempos modernos. Muchas personas experimentan una mayor presión para sobrevivir, pagar las cuentas y alcanzar el éxito en un ambiente competitivo. Las personas se quejan de que el día no tiene suficientes horas para poder llevar a cabo todas sus cosas y ponen sobre sí una presión extra para contemplar sus tareas. Esto significa que se descuidan así mismas y a quién están cerca de ellos, lo cual provoca que su salud y bienestar se deterioren. Si te encuentras con alguno de estos síntomas, te invitamos a que los liberes y los descrees con una sesión de asistencia personalizada.
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